Crónica de una ordenanza mal hecha

Parte 1

El 18 de enero de 2021 es un día que debemos guardar en la memoria todos quienes vivimos en el Distrito Metropolitano de Quito, no precisamente por ser motivo de orgullo sino más bien porque en esa fecha se oficializó un atropello que aún estamos a tiempo de subsanar. En aquella jornada se publicó la Ordenanza Metropolitana de Bienestar Animal, una normativa controvertida no solo por su contenido sino también porque nació sin tomar en cuenta los distintos criterios que existen en una sociedad y amparándose únicamente en una visión radicalista que se niega a reconocer una realidad distinta a la suya; y que pese a que en su etapa de construcción convocó a diversos actores, solo escucho a los que quiso.

La construcción de la ordenanza en cuestión se planteó inicialmente para regular la tenencia de animales de compañía. Sin embargo, de forma sorpresiva, entre gallos y medias noches, se incluyó todo un capítulo que se refiere a los animales de consumo, sin que en esa discusión la opinión de técnicos especialistas en sanidad agropecuaria tuviese relevancia para plantear los riesgos que implica para la producción y el desarrollo económico de la ciudad, la aplicación de varias disposiciones sancionatorias que violan normas y recomendaciones internacionales en esa materia.

La aprobación de esa ordenanza metropolitana de carácter local se hizo de forma antitécnica, su enfoque tiene severas contradicciones con otras normativas ya vigentes, confunde conceptos básicos de bienestar animal, tipos de animales y genera conflictos de autoridad con otras entidades de carácter nacional cuyo ámbito de acción es reconocida por entidades internacionales.

Es así que con esta ordenanza se pretende entregar a la competencia municipal las políticas de control zoosanitario y de bienestar animal, de las unidades de explotación, transporte, comercialización de animales y mercancías pecuarias, cuando la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) solo reconoce a la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) como única autoridad en el Ecuador que puede aplicar medidas de protección de la sanidad y el bienestar de los animales, los procedimientos internacional de certificación veterinaria y otras normas y recomendaciones del Código Sanitario para los Animales Terrestres.

Como vemos, esto no se trata de una discusión animalista. Es la imposición arbitraria de una normativa que atropella un ordenamiento jurídico y técnico específico, como específico y diverso es el tema del Bienestar Animal que no solo pasa por la vida y la dignidad de los seres sintientes, sino también por otras dimensiones de la convivencia social como son la seguridad alimentaria, la producción, la economía, la salud, el trabajo y la cultura, por mencionar solo unas pocas.

Se ha intentado meter en un mismo saco animales de compañía y animales de consumo; régimen sancionatorio de la Agencia Metropolitana de Control (AMT) con la de Agrocalidad; el concepto de Fauna Urbana con el de políticas de Bienestar Animal, creando un cuerpo jurídico que no guarda coherencia con la realidad que pretende regular y eso no le hace bien ni a los animales que se pretende ‘defender’, ni a las personas u organizaciones que sufrirían graves consecuencias en su vida diaria si no se replantea dicha ordenanza.

El diálogo es la mejor herramienta para que una sociedad pueda alcanzar acuerdos, establecer reglas del juego respetables y respetadas, y, sobre todo, para construir una cultura de comportamiento ético en el que las cosas se hagan a la luz del día y sin marginar a ningún ciudadano que tiene derecho a expresar sus ideas y desacuerdos, y especialmente a ejercer su derecho a participar en la creación de leyes como esta ordenanza que excluyó a varios actores en su construcción.

En una siguiente edición, por la importancia del tema, hablaremos del enorme riesgo que esto significa para la seguridad alimentaria de los ecuatorianos, en un país donde casí el 30% de los niños sufre de desnutrición crónica y donde 7 de cada 10 familias no alcanza a cubrir los precios de la canasta básica.

Continuará….

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