Continuar lo avanzado y no empezar de cero
La historia de una nación está llena de procesos coyunturales que marcan el inicio y el final de etapas que hay que dejar atrás. Sin embargo, los procesos de desarrollo de las sociedades demandan esfuerzos colectivos sostenidos, que suelen tomar años y una sincera iniciativa de inclusión y discusión desde diversos sectores y actores, para alcanzar el perfeccionamiento de leyes y normas que, como fin último, deben beneficiar a todos.
Hace pocos meses vivimos una etapa de inestabilidad desatada por un juicio político al presidente de la República y la activación del recurso de “muerte cruzada” que acabó por disolver la Asamblea Nacional, con las consecuencias que ello implica, entre otras, el congelamiento de leyes que la legislatura estaba gestionando.
Una de ellas es la Ley Orgánica de Bienestar Animal (LOBA) que se estaba discutiendo en la Comisión de Biodiversidad. Es menester admitir que este órgano legislativo del periodo anterior llevó adelante un proceso democrático, en el que diversos sectores participaron en la discusión de la ley, entre ellos actores animalistas, productivos, empresariales, académicos, técnicos y expertos que han colaborado en el avance de este instrumento legal necesario para el Ecuador.
Ahora iniciamos un nuevo período legislativo de apenas un año y medio, pero la ley que esperamos durará por mucho tiempo más, y su desarrollo ha demandado un diálogo y la identificación de coincidencias y comunidad de intereses que no ha sido fácil alcanzar. Ese proceso aún no ha concluido y es deber de todos los actores sociales llegar hasta el final, pero también estar atentos de que se respeten los avances y se continúe el trabajo.
Tenemos ahora a una nueva Comisión de Biodiversidad y sus flamantes titulares Guido Vargas (PSC-PSP), en la presidencia, y Yadira Bayas (Movimiento Amigo) como vicepresidenta deben saber que ya existe un camino andado y avances que deben aprovecharse. No será jamás aceptable iniciar desde cero. Aquello sería una pérdida para el país y no podemos permitirlo.
Desde la organización Bienestar Animal estamos atentos a cómo se reiniciará con el trabajo de creación de la ley y estamos dispuestos a prestar todo nuestro apoyo a los nuevos legisladores para construir un cuerpo legal equilibrado, justo y coherente con los distintos ámbitos de convivencia social, en los que se enmarca un tema tan delicado como el bienestar animal, que no se limita exclusivamente a la dimensión animalista, sino que afecta muchas otras aristas de lo colectivo y humano, en general.