Competencias y respeto a la ley
El fortalecimiento de las instituciones en un país, nace del orden y de un diseño de convivencia que no deje por fuera a nadie, sin importar la problemática de la que se hable. Ese es el caso del concepto de Bienestar Animal, que en el Ecuador se está convirtiendo en una necesidad cada vez más apremiante, frente a la que las instituciones deben darle respuestas a la nación.
En medio de este proceso, que buscar lograr un acuerdo social que incorpore el concepto de Bienestar Animal, no solo como una categoría que marca claramente un nuevo relacionamiento, más digno y respetuoso, entre los seres humanos y los animales, sino también como una materia sobre la que se establezca una legislación adecuada y consensuada, surgen divergencias y distorsiones provocadas, justamente, por una ausencia de ley.
De allí la exigencia a la Asamblea Nacional para que agilice el tratamiento de la Ley Orgánica de Bienestar Animal y que ese cuerpo legal se lo construya de forma inteligente y con el aporte de distintos actores, y no de forma sorpresiva y de un día a otro con los criterios y visiones de un limitado e interesado grupo de activistas.
Solo una ley nacional fuerte, coherente con la realidad nacional que implica comprender que un concepto tan delicado como el de Bienestar Animal se aplicará en el marco de un tejido social que integra ámbitos como la economía, el consumo, la producción, el trabajo, la libertad de elección y la cultura, solo por mencionar unos pocos, puede establecer un claro punto de partida a nivel de todo el territorio, de forma que los gobiernos autónomos descentralizados adapten sus ordenanzas y reglamentos a ese cuerpo legal nacional, y no sorprendan a los ciudadanos con ‘innovadoras’ propuestas que pueden atentar contra el espíritu mismo de la ley superior.
Esto, porque la ausencia de ley nacional ha sido interpretada como un cheque en blanco para que ciertos municipios intenten abrrogarse funciones que no les compete, tales como la administración y regulación de las políticas zoosanitarias y fitosanitarias que son una tarea exclusiva de una autoridad nacional como Agrocalidad.
Todos queremos un país en el que el Bienestar Animal sea considerado un valor susceptible de protección por parte de la sociedad en general, pero para lograr eso primero es necesario acercar posiciones, deponer planteamientos fundamentalistas y generar no solo una ley, sino un ambiente adecuado en todos los órdenes de la convivencia humana y animal, para lograr que ese cuerpo legal se respete una vez aprobado.